El acceso de las niñas a la educación es una de las bases para construir un mundo en igualdad de oportunidades. En una sociedad en la que la escolarización ha avanzado de forma innegable, queda mucho por hacer en aspectos como promover vocaciones científicas y tecnológicas entre las niñas. Es una asignatura pendiente para facilitar el empoderamiento de la mujer en todos los sectores del empleo y órganos de decisión. Por algo la igualdad de género está incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS de las Naciones Unidas.
En Body planet, una pyme en la que la dirección es paritaria y el equipo de profesionales mayoritariamente femenino, la sensibilidad hacia la igualdad está garantizada. Por eso, cuando concebimos un muñeco educativo sobre el cuerpo humano, allá por 2017, nació Amparo, con el diseño de una niña, sin pararnos demasiado a pensar en su sexo. Los órganos y sistemas que muestra Amparo, a través de realidad aumentada, son similares en hombres y mujeres. E incluye animaciones del aparato reproductor femenino y masculino.
Durante los meses en que testamos los prototipos de la muñeca en aulas de diferentes etapas, de Infantil a Bachillerato, ningún alumno (ni alumna) hizo ningún comentario sobre su identidad femenina. Solo una vez, el responsable de un colegio puso en duda que los alumnos varones se fueran a identificar con la muñeca. Preguntó si teníamos también un modelo masculino. Le devolvimos la pregunta: ¿Y si fuera un muñeco? ¿Se sentirían las niñas excluidas o menos representadas? ¿Nos pediría el director del colegio una muñeca o no lo consideraría necesario?
Es curioso: la mayoría de los modelos anatómicos, láminas e ilustraciones de los libros de texto para enseñar el cuerpo humano en el aula representan varones. La excepción es la gestación, claro. ¿Es que la mujer solo encuentra hueco en clase de ciencias por su papel en la reproducción? ¿Estamos ante un “micromachismo”? Si así es, Body planet, con Amparo, no cae.
Tampoco con el resto de productos. La camiseta mágica es unisex, de momento en blanco y con el diseño de marcadores en color coral, como nuestra imagen corporativa. Su contenido, ya que es el torso, no tiene diferencias por sexos. Body cards, por su parte, tiene una carta para el aparato reproductor femenino y otra para el masculino, lógicamente.
Seguramente, niñas y niños se sienten igualmente incluidos en estos materiales. Nadie más nos comentó nada al respecto en estos años. Pero sobre todo, ojalá las niñas estén bien representadas en clase de ciencias… y cada vez más presentes en las facultades y los laboratorios.
